domingo, 25 de marzo de 2018

Día 4: Kyoto

Las calles de Kyoto son muy tranquilas sobretodo cuando te levantas temprano para abrirlas 😀


Encontrar el 73, nos costó un rato pero al final hasta nos aprendimos el nombre de Arashiyama 嵐山 en japonés. 


Allí nos sumergidos en un bosque de bambú impresionante por su altura y grosor.




Cruzamos algún Tori más que nos daba paso a las jardines del Templo de Gio-ji.





El vergel de cerezos y otros árboles en flor cubiertos de un manto de musgos hace unas vistas muy bonitas.



Un poco de meditación en algún templo de los cientos que visitamos al día.




Lo impactante de pasear por una zona residencial para llegar al Templo de Daikaku-ji.



La lección aprendida del arte floral japonés  en el show del primer día de Kyoto, nos hizo apreciar los maceteros con flores.




Pasear por los jardines trazados con pincel y por las estancias de este templo hace que te sientas en otra época.






A la salida del Templo nos encontramos esta magnífica pagoda y más gas que de bambú.



Un viaje con los amables taxistas que me regalaron un cd de Enga, llegamos al Templo Dorado de kinkakuji.





Después del templo nos dirigimos al mercadillo que ponen cada mes en las céntricas calles de Kioto, haciendo una parada para comer “barbacoa” en los jardines del santuario Hirano.





Vemos mercadillo y paseo por las peculiares calles hasta el castillo de Nijo rodeado del jardín Ninomaru. Espectáculo de luces by Naked.












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